viernes, 1 de agosto de 2014

Fragmento del libro: Corazón; Autor: Edmundo De Amicis

"Sabes, hijo, por qué no quise que limpiases el sofá? Porque limpiarlo mientras tu compañero lo veía, era casi como reprocharle que lo hubiera ensuciado. Y esto no estaba bien, ante todo porque no lo había hecho a propósito, y además porque lo había hecho con la ropa de su padre, el cual se la había enyesado trabajando; y lo que se hace trabajando no es suciedad: es polvo, es cal, es lo que quieras; pero no suciedad. El trabajo no ensucia. Nunca digas de un obrero que sale del trabajo. "Está sucio". Debes decir "tiene en sus ropas las señales, las huellas de su trabajo". Recuérdalo. Y quiere mucho al albañilito, en primer lugar porque es tu compañero tuyo, y además porque es hijo de un obrero".

Aporte de: Samin Motlagh

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